domingo, 13 de enero de 2013

APRENDER A SONREIR...

¡¡Hola a todooos!! Que tal esta semanita? Es duro volver a la rutina después de las vacaciones de Navidad... y también es triste que se acabe la navidad! Por una parte tenemos ganas porque en estas fechas muchos nos sentimos un poco más "solos" al extrañar a esas personas que no están a nuestro lado... Pero también da pena que se acaben porque son fechas en las que se cultivan sentimmientos muy bonitos ¿No os parece?

Para mi esta vuelta a la rutina ha sido buena. Estoy aprendiendo muchísimo. Ayer le contaba a una amiga que me sentía muy diferente... Os puedo decir que por un lado soy tremendamente feliz, pero por otro tengo miedo. Miedo a cosas que no puedo plasmar aquí porque no sólo forman parte de mi intimidad, si no de otras personas. Pero sí que es cierto que os puedo decir todo lo que he aprendido:
He aprendido a quererme un poquito más, a pasar de esas personas que no merecen la pena, a tener esperanzas y sueños que espero cumplir... Pero lo más importante es que he conocido a personas fascinantes, me he dado cuenta de que los cambios, no son a veces malos, si no que nos esforzamos por verlos así. He aprendido a ver las cosas positivas que me ha brindado la vida después de un gran cambio. Y me doy cuenta que no he perdido, si no que he ganado. Todo ese dolor ha ido amainando poco a poco, y me da rabia. También me siento muy diferente. Me siento... extraño. Creo que es porque hacía tiempo que no me sentía así de bien, y es muy extraño.

Os contare algo más. ¿Sabéis lo duro que es tener que cambiar de ciudad? Es muy duro... Os aseguro que uno se siente muy mal después de no conocer a nadie, de haber perdido el contacto con mucha gente... Sientes que has perdido tu vida. Que has perdido todo... Sí, pensaréis que soy un exagerado, pero para nada lo estoy siendo. ¿Sabéis lo que es levantarse  y sentirse vacío? ¿El dolor que uno siente al ver que la gente que quieres no es feliz porque tú no lo eres?
Claro que esto son los primeros meses. Luego te das cuenta que había una nube encima tuyo, que nada es lo que piensas. Que no es resignarte, pero si cambiar el prisma de tu visión. Que no has perdido, ¡si no que has ganado! ¿No os parece totalmente contradictorio? Un cambio siempre es lo que es, un cambio. Pero no necesariamente tiene que ser malo (ni bueno). En este caso el cambio no era malo, era yo quien lo estaba convirtiendo en una pesadilla.


Hoy puedo decir, que gran parte de todo esto ya no existe. Hoy me levanto y pienso lo grande que soy y lo grande que son las personas que quiero. Os he dicho anteriormente que tengo miedo, y sí, lo tengo, pero no puedo explicarlo ahora. Puede que dentro de algún tiempo sí...

Sólo quiero deciros que he aprendido mucho este tiempo sin escribir en mi blog. No he escrito por la sencilla razón que no he tenido tiempo para pensar lo que quería esciribir. Hoy tampoco lo tenía claro, hasta hace un rato. Os daré un consejo: Cuando hay tempestad, no tomes ninguna decisión. ¿Me entendéis? Después de un mal momento, un enfado... No tomes decisiones. Tomálas al día siguiente. Y sobre todo... Si la vida te da 1000 razones para llorar, da tu 1001 y razones para sonreír.






No hay comentarios:

Publicar un comentario